Tuve un sueño donde era Rey
Este proyecto surge a partir de mi interés por las sillas de plástico marca “Rey”; sillas muy populares en Perú debido a su barato costo. Un nombre pomposo para un producto accesible para las masas. Es a partir de esta curiosa ironía que parto este proyecto. A este se le suman otros productos, también populares y también con una referencias a la realeza: el Atún “real”, gelatina “royal”, soda Kola Real. Productos humildes y sencillos que reclaman estar en la cima de la jerarquía, ser únicos y especiales.
La gran iconografía del arte occidental de los poderosos, los reyes europeos, se autoproclaman seres divinos, únicos, hijos puros, hijos del sol, escogidos por Dios, etc. Pero que, según la historia, forman parte de conjunto de personajes que son parte de una larga secuencia y en diferentes lugares; ha habido tanto reyes en el mundo…
Objetos banales con nombres pomposos y personajes históricamente pomposos se prestan en una broma nostálgica que describe que el anhelado intento por la singularidad siempre termina perdiéndose en el esfuer
zo colectivo, y en los sistemas de producción en masa.
Este proyecto surge a partir de mi interés por las sillas de plástico marca “Rey”; sillas muy populares en Perú debido a su barato costo. Un nombre pomposo para un producto accesible para las masas. Es a partir de esta curiosa ironía que parto este proyecto. A este se le suman otros productos, también populares y también con una referencias a la realeza: el Atún “real”, gelatina “royal”, soda Kola Real. Productos humildes y sencillos que reclaman estar en la cima de la jerarquía, ser únicos y especiales.
La gran iconografía del arte occidental de los poderosos, los reyes europeos, se autoproclaman seres divinos, únicos, hijos puros, hijos del sol, escogidos por Dios, etc. Pero que, según la historia, forman parte de conjunto de personajes que son parte de una larga secuencia y en diferentes lugares; ha habido tanto reyes en el mundo…
Objetos banales con nombres pomposos y personajes históricamente pomposos se prestan en una broma nostálgica que describe que el anhelado intento por la singularidad siempre termina perdiéndose en el esfuer
zo colectivo, y en los sistemas de producción en masa.